Capítulo 3: Contemplating the body
En este capítulo las cosas empiezan a ponerse un poco feas (todavía más) para Pernell.
Mientras tanto, Jocelyn se tortura un poco y va a la casa que compartía con PJ, intentando sentir lo que sintió él en el momento en que se disparó, reconstruir la escena.
Intentan llegar a un acuerdo legal con Pernell y Crystal, pero no sale muy bien (me encantan los continuos comentarios de Crystal atacándola JAJAJA diva). Se instala con Josh, el mejor amigo de PJ (en serio, sigo pensando que entre estos dos pasará algo) y casi le vuela la cabeza una noche en la que entra en casa en plan sigiloso con la misma pistola con la que se intentó matar su marido (chico, está gritando tu nombre, puedes contestarle y no parecer un violador, que bastante mal lo ha pasado la chica!)
Ah! Y vuelve a salir la nota de suicidio de PJ. Pero quizás no tenga más importancia, no sé.
KD está en problemas. Es el principal sospechoso de la muerte de Sean (el policía violador), y la policía está tras él (le pegan una paliza intentando que confiese). No lo hace.
Por otra parte, está deseando cortar radicalmente con su pasado, y quiere borrarse la mayoría de tatuajes, cuanto antes posible. El primero, el de la hermandad aria. A ver. A mí me da un poco de pena KD, la verdad. Está demasiado loco, pero se nota que quiere cambiar, y esa forma que tiene de estar en completa disposición de Pernell y no querer decepcionarlo ni hacerle enfadar, no sé, es que no creo que tenga nada más en la vida.
Y a la vez, siempre lo hace todo mal, como cuando ese vagabundo se pone a mear en la pared de la iglesia y él le da una paliza, y el reverendo Paul le dice que lo que haría un buen cristiano sería ofrecerle el baño de la iglesia, y él se queda todo confundido y se va corriendo a borrarse más tatuajes. No sé.
Y mientras todo esto pasa, están intentando que se cancele la revisión de Pernell (por haber dejado en libertad a KD, un criminal peligroso, sin ninguna explicación). Tienen que conseguir que un hombre de los que trabaja allí retire la queja, y lo que pide a cambio, es una disculpa pública y una visita a un psiquiatra (vale, razonable).
Pero es que Pernell está muy liado ahora mismo como para encargarse también de eso. Siguen buscando a Julio (que ha desaparecido por completo), y tiene que desenterrar el cadáver de Sean y esconderlo en un lugar más seguro (y tiene que hacerlo él, desde que KD está bajo sospecha y vigilancia).
Ese momento en que empieza a hablar con el cadáver de Sean, me dejó helada. Me encantó. Ron Perlman es genial. Tiene dos partes, una de ellas le dice: "TENÍAS DOS HIJOS, ELLOS NO SE MERECÍAN ESTO, QUÉ ESTOY HACIENDO" y la otra dice "YO TAMBIÉN TENGO UN HIJO Y ESTÁ EN COMA POR TU CULPA, ASÍ QUE ESTOY HACIENDO LO CORRECTO".
Son las dos partes principales que se pueden apreciar en Pernell, y es muy interesante ver esa lucha interior tan fuerte.
Y ese momento tan tierno cuando Crystal encuentra a Pernell (que acaba de venir de desenterrar el cadáver) y lo limpia. Ohhhhhhhh. Y por otra parte queda con el abogado de Jocelyn (un antiguo amante, para mi sorpresa) y intenta que deje el caso. Pero el tío parece ser bastante insistente.
El plan es quemar el cadáver de Sean y eliminar pruebas, pero cuando Pernell va al psiquiatra, vuelve a escuchar la voz de PJ. Le dice que tiene que dejar el cadáver donde pertenece y que lo demás se arreglará solo. Empieza a hacer un puzzle con los cuadros de la consulta, y el resultado es una casa. Así que decide dejar el cadáver en casa de Julio.
El psiquiatra lo flipa, claro, y avisa a Crystal de que lo mejor sería que lo internaran, pero eso no es algo que ella no sepa ya.
Y mientras deja el cadáver en casa de Julio llega tarde a la reunión con el señor de la queja (su última oportunidad de cancelar la revisión). Así que Crytal está muy enfadada y ofendida, y la revisión y la suspensión de Pernell parecen un hecho. Y Robert también estará muy enfadado porque su plan de construcción se irá a la mierda. Ups.
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