Capítulo 5: Welcome the Stranger
Vale, tengo que reconocer que el reverendo Paul me cae muy bien. Ahora que estoy segura de que no es Satán, y ya que parece ser bastante sincero con su cristianidad y todo eso, puedo centrarme en la belleza de Julian Morris y disfrutar de su personaje, sin continuar desconfiando. Su pasado oscuro es una adicción a la meta, por fin nos lo han dicho! En este capítulo tiene una recaída. Quiere conseguir un espacio televiso para su iglesia, pero para conseguirlo tiene que causarle una buena impresión a un sacerdote muy famoso, y no lo está consiguiendo, ya que el sacerdote duda de si está dedicado 100% a su misión, o es más ambición que otra cosa.
Se pone súper nervioso al saber que tendrá que dar un sermón delante de él, y después de meterse en un círculo vicioso de inseguridad, dudas y lágrimas, llama a una antigua pareja adicta y digamos que las cosas se le van un poco de las manos.
Sobretodo me encanta cuando le abre la puerta a Alicia con esta cara, y quiere hacerle creer que todo va bien:
pls.
Alicia echa a la pareja de yonkis (a la que previamente habían rechazado varias invitaciones a salir por ahí de juerga, a causa del no rotundo de Alicia, ahora entendemos porqué).
Lo bueno es que la pareja se lleva el dinero que tenían guardado para lo de la televisión. A la mañana siguiente le vuelve a tocar a Alicia ponerle las pilas a Paul, y convencerle de que no todo está perdido, y de que es una buena persona, y de que ese sermón va a ser el más importante de su vida.
Vuelvo a insistir en lo guapo que es este hombre.
Para el sermón de la mañana siguiente, utiliza su recaída y su experiencia para darle un giro bastante favorecedor a su discurso, que había empezado horriblemente mal. Así que el sacerdote le acaba dando su bendición, y ellos le ofrecen un cheque como donación (necesario para entrar a formar parte de su club y conseguir llegar a la televisión). Lo que pasa es que no pueden cubrir el dinero del cheque a causa del robo. Ups! ¿Qué pasará? Seguro que Pernell los ayuda.
Mientras, Pernell se va de fin de semana a un sitio donde se reúnen todos los hombres de negocios para hacer sus proyectos y cerrar sus acuerdos (piscina, golf, prostitutas desnudas paseándose libremente, you know). Ahora que ya han conseguido seguir adelante con la construcción Brooks (ya tienen el cemento) necesitan convencer al responsable de que es necesario ampliar la red eléctrica para dar luz a las nuevas edificaciones. Bueno, pues el encargado de esto es bastante gilipollas, y se acaba peleando con Pernell (que lo tiene cruzado desde el momento en que nombró Tessie, que por cierto, también anda por la fiesta). Así que no hay trato. Pobre Bobo, tendrá que seguir con su estrés de vida.
Ah, hablando de Tessie! Su hermano lo sabe todo. A qué se dedica, y lo qué hace. Y sigue queriéndola y aceptándola. Su hermano me cae bien. El resto de personas piensan que Tessie es una decoradora.
Por otra parte, mientras los hombres están de negocios, Crystal y Anne quedan para cenar, y al ser las dos mujeres fuertes e independientes, trabajando en un mundo de hombres, no tardan en hacer buenas migas. Crystal sigue cocinando sin parar y haciendo cupcakes y esas cosas. Se llevan tan bien, que Crystal (bastante borracha) lleva a Anne al hospital para que vea a PJ.
Y se encuentran con este panorama.
Ups.
Jocelyn le comenta a Crystal lo del libro (lo que había en su interior era el programa informático SÚPER PRESTIGIOSO que había creado el genio de PJ) pero Crystal sigue rabiosa con su nuera y por poco le muerde al salir. Vamos, que no le hace ni puto caso.
Y mientras, KD en la cárcel con Julio, intentando hacerse su amigo y ganarse su confianza para que hable con él. Al final resulta que no tiene ni puta idea de nada, y que Sean se encargó de todo, así que no sabe para quién estaban trabajando. Lo que sí descubrimos es que Julio es como muy gay, ¿no? O por lo menos, muy tierno JAJAJA
Bueno, el caso es que ahora los hermanos arios de KD van a querer matarlo, porque van a pensar que se ha puesto del lado de un mejicano. En fin. Se las apañará bien, no sé cómo. KD es muy listo.
Y para acabar con todo esto, hay que mencionar lo encoñado que está Pernell con Tessie. Que no puede vivir sin ella, vaya. A pesar de no poder acostarse con ella. A pesar de que no es más que su prostituta personal. Ella está en plan: "Esto es solo un trabajo, no es de tu incumbencia con quien más me acuesto, porque tú no eres mi novio, ni mi marido, y yo hago lo que me da la gana, y tú no me puedes comprar, y lo único que tenemos tú y yo es un acuerdo consentido por ambos, y blah blah blah".
Y Pernell está en plan: "Te quiero, no puedo vivir sin ti".
Así que genial.
Así que genial.
Lo que le jode, principalmente, es no poder tirársela, porque Dios no lo vería con buenos ojos. Así que habla con Paul y piensan las opciones que tienen. Porque Paul no le puede decir que no al gran Pernell, que es el cliente imprescindible y principal de su iglesia.
Así que, oye, ¿y si te casas con ella qué?
Pues venga. Dos mujeres.
Bueno, ahora hace falta que ella diga que sí o que no. Madre miaaaaaaaaaaaaaa.
Que loco estás, Pernell.
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